viernes, 9 de septiembre de 2016

Respira

Desde fuera, todo parece más fácil. Es fácil el pensar que la gente vive feliz, o triste. Es fácil pensar que las personas tienen la vida solucionada, los caminos hechos. Es decir, si no se ve, no está ahí, ¿verdad? Como si el dolor no existiera a no ser que haya sangre, como si los temores y las situaciones que nos atormentan fueran expuestas sobre un cartel que todos llevamos colgando, algo externo. Pues no. De hecho, a veces, son esas cosas que no se ven, las que más dolor causan.

Así que hay que aprender a fingir, a sonreír, a camuflarlo, ocultarlo o como lo quieras llamar, porque, a nadie le gusta hablar de las cosas duras. Joder, a mí no me gusta hablar de las cosas duras.

Pero, ¿qué es lo que hay debajo? ¿Cómo se siente?

Tengo ataques de ansiedad

Se siente como si mi sangre se moviera tan rápido que mis venas se vuelven borrosas. Es cuando el monótono latido de tu corazón de repente se transformase en alguien aporreando una batería, como si un millón abejas hubiera hecho de tu cabeza un panal, como cuando suenan tres canciones al mismo tiempo. Es una máquina de ruido blanco que reproduce muchos sonidos a la vez.

Es debilitador y frustrante. Una pesadez mental constante, como si algo no estuviera bien aunque no sepas qué. Es ácido en tu estómago, deshaciendo el vacío y llevándose tus ganas de comer. Un nudo en tu garganta que no puedes evitar y te impide articular palabra.
Tener ansiedad es como si a tu mente la estuviera consumiendo una acelerada ráfaga de fuego, haciéndote pensar demasiado y analizar cada irrelevante, pequeño detalle. Es cuando una persona imaginaria se sienta en tu pecho, presionándote los pulmones e impidiéndote respirar con normalidad. Y mientras tanto, tus pensamientos corren libres en un trillón de diferentes direcciones, chocándose entre sí en el camino.

Otras veces se siente como una voz en la parte alejada de tu mente repitiéndote a cada momento que todo no está bien, cuando en realidad sí lo está. Diciéndote que hay algo malo en ti, que eres diferente a todos. Que tus sentimientos están mal y que son un error para el mundo, que deberías aislarte y no producir más dolor con tus problemas.

Puede mantenerte despierto por la noche, como si fuera un foco apuntado en tu dirección que te persigue siempre y se enciende en los momentos más inconvenientes no dejándote descansar. Y recordándote que cierres o abras los ojos, la sensación sigue ahí, constante.
Y mientras todas estas terribles sensaciones te sacuden a las 5 de la mañana, haciendo que todo tu cuerpo se sienta helado y tiemble, y que a pesar de esto tu cabeza se sienta ardiendo produciéndote mareos, mientras todo esto ocurre no te das cuenta de que te estás mordiendo las uñas, o el labio, apretando los dientes o frotando con dureza la uña del dedo anular contra la del dedo gordo.

Ahí es cuando te aferras a ti misma para no romper la barrera invisible entre la realidad que estás viviendo y el abrumador tornado de sonidos, ruidos y sentimientos que fluye por tus venas.

Para mayor aclaración, es como si te pudieras de alguna forma mover más rápido que los sesenta segundos que hay en un minuto, una carrera contrarreloj que estás destinada a perder. Y en ese momento, que a veces se vuelve horas, no puedes racionalizar y hallar la solución del problema porque la mayoría de las veces, no hay problema. No hay razón ni situación de vida o muerte, sólo hay sentimientos y se sienten todos al mismo tiempo.
La ansiedad es una mentirosa, pero es real.

Y cuando se acaba, te queda lo que yo llamo “el residuo”, una duda que no es efímera, una duda constante. Una duda que concierne al dolor, al estrés, los sentimientos.

¿Cómo lo hago parar?

Respira, cuenta hasta diez, mejor hasta cincuenta, aunque sientas esa presión impidiéndotelo. Relájate, has pasado por esto y todo tiene su fin. Hoy es solo un día de muchos. Habrá más y serán mejores.

Respira.


martes, 24 de mayo de 2016

Carta de amor

Me deslizo a través de un túnel que intenta convencerme de su negra y absorbente infinidad. Salgo de mi engaño al llegar a la superlativa, y vacía vastedad que era aquella sala. Podría ser descrito como un monótono y enorme espacio de luz, pero es mucho más que eso. La oscuridad exterior impide a mis brillantes ojos impregnados de curiosidad saber dónde estoy con exactitud aunque eso me da igual, ahora mismo soy una partícula perdida en la inmensidad de la existencia. Un ligero pero firme balanceo hace que el vaivén de la inercia me acune, dibujando la trayectoria de un arco, cuya flecha salió disparada sin dirección aparente. El vaivén cesa y vuelvo a mi posición inicial.
Cuando al fin empezaba a sentirme segura y resguardada en aquel lugar, entró ella. Su mirada de fuego captó mi dispersa atención al instante, atrapándome en una dulce hipnosis. Parece no haberse dado cuenta de mi presencia ya que sus ojos divagaban por la sala dibujando ángulos inexistentes que desaparecían a medida que sus ojos despreocupados y orgullosos viraban de punto en punto y de esquina en esquina analizando cada detalle con meticulosa intriga. Al igual que haría yo con cada milímetro de su cuerpo.
La paz que me inunda me va arrastrando hasta un trance que me lleva a la siguiente afirmación: no estoy. Al menos no en aquel lugar, estoy en ella, divagando en su ser. Por una razón que aún a día de hoy no logro entender, me siento exhausta, como si me hubieran robado todo aquello que soy y que seré y todo por lo que he luchado, por lo que tengo y por lo que no. Y no me importa. Quiero estar presente en ella, ser la sangre que corre por sus venas y el aire que la envuelve y que forma parte de lo más profundo de su ser.
Y así la encontré a ella, a la palabra, a la lengua, a lo que iba a ser mi vía de escape y de expresión, mi salvación. Ella está ahí deseando que alguien le dé forma, deseando encontrar a quién consumir con su complejidad y enamorar con su belleza. Y yo estoy deseando encontrarme con ella para disfrutar de sus posibilidades, sus facetas, explotar su saber. Es lo más bello que tengo y a la vez nunca tendré. Es mi amor. Es lo que me hace estar cuerda y lo que me vuelve loca. Prometo no perder el interés jamás y nunca rendirme en mi ya condenado al fracaso intento de entender las palabras. Porque al igual que mi amor hacia ellas, las palabras son inmortales. Y es eso lo que las hace tan especiales, eso y su capacidad de expresar todo lo que no se puede por otros medios. Es una  manera de que algunos cachitos de mi existencia perduren y con suerte, que lleguen a más almas perdidas y curiosas. Y que se encuentren en aquella vacía y eterna inmensidad como una vez me pasó a mí y llenarles de sabiduría y placer.

Ama la palabra


-Aurora Parra Porto 

martes, 17 de noviembre de 2015

OHM'S LAW

V=IxR

V=It is the amount of energy an electron has. Unit>Volts( V )
I=The amount of electrons that pass through the circuit in a second. Unit>Ampers( A )
R=It is the resistence that an object has for the electrons to pass. Unit>Ohm's

martes, 10 de noviembre de 2015

Días grises


No se puede ser feliz siempre, de hecho necesito estar triste. Creo que todos lo necesitamos.

Vivimos en una sociedad moderna de redes sociales en las que muy a menudo se ven frases como: “no te preocupes, sé feliz”. “Sonríe que la vida son dos días”. Y tenemos que aparentar tener una vida perfecta en la que todo son sonrisas y no hay lugar para las lágrimas. Y yo misma escribí sobre la importancia de las sonrisas ya que me parecía que eran la medicina que todos necesitábamos pero, aunque te cueste creerlo, sea algo nuevo para ti o, incluso vaya contra tus principios, llorar está bien. Es más, me atrevo a decir que es necesario y que nadie debe de sentirse avergonzado por llorar.

Y, no hablo de lágrimas de felicidad (Qué también las hay, y, ¡bien dulces que son!). Hablo de lágrimas de amargura, de esos días grises en los que parece que nunca va a salir el sol, de esos días en los que pierdes el apetito, nada te apetece y piensas que se te ha olvidado cómo reír. Solo quieres estar solo acurrucarte en la cama y llorar hasta quedarte dormido. Y, preferiblemente no despertarte hasta que todo haya pasado aunque en el interior sabes que solo acaba de empezar. Y me hace gracia porque los consuelos que sueles recibir en días como estos son del estilo de: “tranquilo, todo va a estar bien…” o, “no te preocupes, ya pasará”. Y yo me pregunto, ¿y si no pasa? Que pasa en el momento en el que te das cuenta de que todas esas promesas eran falsas y que por más que te lo repitan y te acaricien o te den palmaditas en el hombro diciendo que lo entienden, NO, no lo entienden y NO, no está bien, y NO, no estoy bien. Pero, joder, (perdón por el uso de la palabra) a veces uno  necesita llorar, y desahogarse y sentir las frías lágrimas rodar por sus mejillas y saber que aún te queda algún rastro de cordura en toda esa tristeza que parece que te absorbe y te arrastra cada vez más profundo… En esos días, yo preferiría que alguien se sentase a mi lado, no hace falta que hable, solo que se quede conmigo. Saber que está ahí, pero que está ahí de verdad. Que no sienta lástima por ti simplemente que se siente a reflexionar contigo, o a llorar contigo o a pensar contigo. Solo eso. Nada de frases falsas. A veces, solo hace falta algo de compañía.

Las mejores lágrimas, sin duda alguna, son las verdaderas, las que te depuran por dentro llevándose la tristeza consigo. Esas que hacen que seas consciente de tus puntos débiles, esas naturales. Aquellas que nacen de la soledad (refiriéndome al sentimiento) y el pensamiento. Aquellas que son derramadas por algo que merezca la pena o simplemente por el hecho de llorar, porque SI, a veces es NECSARIO llorar. Y, en ese momento no necesitas miradas de compasión ni comprensión, solo necesitas expulsar los sentimientos. ¡Y qué mejor manera que a través de las lágrimas!

Y cuando por fin dejas de llorar. ¡Oh!, Habrase visto sensación más bonita… Cuando te sientes en paz contigo mismo y por fin ves el sol y te vuelven las ganas de hacer cosas. Eso es la felicidad. Eso es estar en paz con uno mismo. Y, sí, después de la tormenta sale el sol.

 Pero, ¿qué sería el sol sin la tormenta?


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Bienvenidos


¡Hola! Bienvenidos a mi casa, me hace mucha ilusión teneros aquí, no suelo tener visitas. Si no os importa, quitaos los zapatos antes de entrar, no vaya a ser que me hagáis daño.

Adelante, ¡no tengáis miedo! El suelo es como de goma, ¿lo notáis? Podéis sentaros en él. Me hice blanda para que todo el mundo se sintiera cómodo en mí. Supongo que ya habréis notado todas esas abolladuras y deformaciones, algunas personas hicieron uso de mi afable ductilidad y pensaron que era buena idea saltar sobre mí para comprobar los límites de mi elasticidad.

Puede que a medida que vayáis avanzando por aquí dentro, notéis cambios de temperatura un tanto bruscos… No os preocupéis, suelo ser una persona muy cálida pero aquí dentro, de vez en cuando, entramos en unos largos y gélidos inviernos. Si eso pasa, lo mejor que podéis hacer es salir corriendo. Yo seré la que peor lo pase, pero seguramente congelaré todo lo que toque.

Aquí siempre hay música ambiente. Lo más común son melodías animadas y joviales, pero si empezáis a escuchar melodías oscuras o agresivas, os recomiendo que desalojéis la sala.

Al final del pasillo tenéis el jardín. En su día fue maravilloso, pero ahora la mayoría de las plantas están muertas. Son algunos de mis sueños e ilusiones pero se nos acabó el agua de la motivación, ya sabes, época de sequía. Hemos tenido épocas de lluvias y entonces sale algún que otro brote. Suelen ser pequeños y débiles por ello los cuido con mucho amor. Son mi más preciada posesión, mientras sigan vivos, hay esperanza. ¡No los toquéis! Ni les digáis cómo tienen que crecer… Necesitan paz y tiempo, mucho tiempo.

¡Ah sí!, ¿eso? Buff…, Es un incendio incontrolable. Ya me he rendido. Arrasó con todo y cada día, avanza un poco más. Es el rencor. Ha terminado con muchas personas, pero fueron ellas quienes lo alimentaron.  Me fallaron tantas veces que dejé de intentarlo. Nos va bien a mí y a mi rencor.

El fuego creció por muchas razones, traiciones, celos, malas decisiones… Por malas personas. Un consejo: no dejéis entrar a malas personas en vuestras vidas. Os abandonarán ardiendo como este incendio.

Ohhh, Aquí tenemos mi zona favorita. Mirad cuántos colores. Estos son mis recuerdos salvados. Suelo venir aquí a mirar este mural. Dejé que todas las malas experiencias las quemara el rencor y ahora solo me hacen daño cuando me acerco demasiado al fuego. Aquí vengo a revivir todas las cosas buenas. Mirad, ¿Veis el naranja y el amarillo? Son todas esas horas de diversión con ellas, con mis amigas. Oh y, ¿veis el azul y el verde? Esa es mi infancia. ¿Y ese rosa tan bonito? Ese es el amor.

¡No vayáis allí! No es que sea peligroso ni nada parecido, pero es muy deprimente. Y, me da vergüenza… Allí voy a auto-compadecerme. Os lo pido por favor, no vayáis. Algún día tapiaré esa zona y no volveré a entrar.

En ese cajón hay guardado un baúl. No lo toquéis, tampoco hagáis preguntas. No las he usado nunca. Las tengo aquí para recordarme que algún día destruiré a todos mis enemigos.

Oh! Aquí sí que podéis entrar, es más, os animo a ello. Es… ¡maravilloso! Veréis, al otro lado hay un lugar increíble, un mundo, perfecto. Cuando quiero olvidarme de todo, tomar un descanso, entro ahí. Y me imagino que el mundo es simple y llanamente, perfecto. Ahí soy completamente feliz.

Desgraciadamente, solo es un armario y dicen, que evadirse no es la solución.

Venid, mirad esto. Este maniquí de aquí, es todo lo que me gustaría ser. Por dentro lo hice hueco y lo llené de todo lo que quiero conseguir, de lo que admiro en otras personas, de todas aquellas características que quise para mí, de la mezcla perfecta para llegar a la realización personal. Pero (cómo no, siempre hay algún pero) sólo es un maniquí. Hueco. Lo creé vacío y ahora está lleno de objetos que no le pertenecen, es como yo.

Como veis, esto no es precisamente muy, acogedor. Es muy difícil vivir aquí dentro. No me gusta recibir visitas muy a menudo… No me malinterpretéis, es sólo que siempre que dejo entrar a alguien, me curiosea, me rompen alguna que otra cosa y siempre se marchan con algo mío. ¿Qué porque sigo dejando entrar a gente? Pues porque a veces me siento muy sola aquí dentro y por eso sigo dejando entrar a la gente, regalando las oportunidades que a mí no me dieron en su día, cómo si no hubiera aprendido.

Bienvenidos a mi existencia. De verdad que espero que os haya gustado y siento tener que echaros tan rápido pero he recordado que prefiero estar sola…


Espero que os haya gustado el post, es algo diferente a lo que suelo hacer.
biquiiños
aurora

martes, 6 de enero de 2015

Palmera (actualizada)

¡Hola blogger@s!

El otro día encontré una foto de la palmera que dibujé hace dos año para las P.A.L.M y me pareció que estaba muy mal hecha, que no era realista.

He seguido dibujando con la tableta dijitalizadora y pensé en actualizar la palmera. He estado 5 días trabajando, ha sido muy difícil. Pero antes os voy a contar un poco cómo la he hecho.

Primero busqué una imagen que tuviera una palmera con puesta de sol de fondo y la calqué. El color negro difuminado de las hojas lo he coloreado yo. Luego, busqué otra imagen en la que saliera una puesta de sol (rosa) y me basé en los colores que tiene para ponerlos en el cielo y agua. He tenido bastantes problemas con la difuminación, porque el software que uso imita la pintura y no termina bien de difuminarse así que acabé poniéndole al cielo y agua un poco de blanco para que no se notara tanto. Me he desesperado bastante con esto, porque parece que hay cuatro colores diferentes. He acabado rayando la tableta de tanto que he intentado difuminar... >:( En la foto en la que me fijé en los colores, había una especie de cordillera y también la he puesto en el dibujo, con el reflejo.

Y ya está. ¡Espero que os guste muchísimo!

¡Nos vemos pronto!

 MAX! 


sábado, 27 de diciembre de 2014

Los juegos del hambre

Hola blogger@s!!!

¿Qué tal, todo bien? Hoy vengo a hablaros de un libro que me impresionó totaente. Cuando salió la película de los juegos del hambre, no la ví porque mi madre se estaba leyendo el libro y me dijo que primero me leyese el libro y luego viese la película así que, aparté esa peli de mi lista. Un año más tarde, Alejanda, la hermana de patricia cumplía años e iba a ir al cine a ver sinsajo parte 1 con sus amigas y, me invitó a mi y a mi hermana a verla con ella. Así que yo, tenía que ver las dos películas anteriores en 3 días, bueno, eso o leerme los libros, que ya lo ví mas complicado.Y así empezó mi obsesión con esta maravillosa triología.
Dió la casualidad de que Patricia tenía las películas en casa así que un día hicimos sesión de cine. Al acabar la primera película me quedé alucinada, no era para nada como la esperaba. Es más, me gustó tantísimo que nada mas llegar a casa, le pedí a mi padre que me descargase el libro para mi libro electrónico y, empecé a leer al instante, con tanta curiosidad e intriga que, me tenderíais que haber visto a mi con los ojos cansados de leer, mi cuerpo y mi cerebro que me decían que como pasase una página más, no me aseguraban que no explotasen de la emoción. Pero mi corazón no podía dejar de leer, me metí tantísimo en el libro que en alguna que otra ocasión creo que pegué algún grito. 

Este libro es a mi parecer una crítica de la actual sociedad escondida entre una historia intrigante y brillante a la vez. La historia trata de 13 distritos (son ciudades, muy pobres) que están sometidos al poder del capitolio, que es la comunidad formada por las personas mas adineradas. Katniss Everdeen es una muchacha del distrito 12 que se ve obligada a entrar en los juegos del hambre. Los juegos del hambre son un espectáculo para las pesonas capitolio y un castigo para los distritos cuya finalidad es recordar a los distritos quién es el que manda, debido a una rebelión que hubo hace mucho tiempo en la que los distritos se revelaron contra en capitolio. Cada año se escoje por sorteo a un chico y a una chica de cada distrito. Les llevan a una arena (puede ser desierto, un paisaje helado, la selva, el bosque...etc) y tienen que matarse entre ellos para lograr ser el último superviviente y así proclamarse el vencedor de los juegos del hambre.
Esta historia es muy interesante, emocionante y una vez que te sumerges en sus páginas es muy difícil volver a la realidad. Es sorprendente cómo de fácil es situarte en cualquiera de las situaciones tratadas en este libro. Quizás es porque lo que pasa en el libro no esté muy lejos de la realidad. Esta historia tiene un trasfondo bastante imponente. Te animo a que te unas y descubras los secrteos de los juegos del hambre. 
"Felices septuagésimos quintos juegos del hambre y que la suerte, esté siempre de vustra parte"